domingo, 21 de abril de 2013

Innovación Social


Innovación social: enfoques teóricos y abordaje desde las políticas públicas, de Ariel Gordon, Mauricio Horn y Cecilia Sleiman.


                                                                                                                      PRÁCTICA II

Abordamos el segundo grupo de discusión de la asignatura con la lectura de los investigadores de la Universidad de Quilmes (Argentina) acerca de los diferentes conceptos que existen de la innovación social.
Con las nuevas tecnologías, que cada vez se aplican más a las cuestiones de comunicación, encontramos una nueva vía para dar cabida a esta comunicación enfocada al cambio social. Por lo tanto, vemos que se da, por primera vez, una forma de trabajar en estos términos que supone innovación y creatividad, ambos conceptos estrechamente ligados a las campañas de concienciación propias de las entidades no lucrativas y de integración de los desfavorecidos.

Sin embargo, el texto de los investigadores se centra con más ímpetu en establecer la relación entre esta innovación social y las políticas públicas que se llevan a cabo para lograr el desarrollo, normalmente a través de universidades u otras instituciones de investigación, programas de organismos de cooperación internacional, políticas gubernamentales y organizaciones de base de la sociedad civil. Pero para ello, primero será necesario desarrollar el concepto de innovación social.

La innovación social tiene su origen en las bases económicas desarrolladas por el economista del cual se habló en la sesión pasada, Schumpeter. Sin embargo, con el paso del tiempo hemos visto que poco a poco, a lo largo de todo el siglo XX, esta acepción fue adoptando otras visiones que casaban con el pensamiento del momento, es decir, se iba modernizándose, de modo que se dejaron atrás las concepciones estrictamente tecnológicas (porque, probablemente, dejaron de ser muy novedosas con el paso de los años y el desarrollo tecnológico) y comenzó a darse una visión más integral del concepto, abarcando también diversas fuentes de innovación y diversos ámbitos -económico, artístico, social, político, empresarial, cultural...- a diversas escalas -pequeñas, medianas y grandes-.
Poco a poco, se fue perfilando el concepto de "innovación social", concepto cada vez más complejo, y la innovación dejó de ser la "idea nueva" para pasar a ser algo mucho más amplio que engloba una solución para múltiples cuestiones en diversos campos. La percepción de la novedad del producto pasa a cobrar un protagonismo inusitado que va más allá del verdadero carácter insólito del producto o servicio, y así, trascenderá en el futuro como una idea creada para solucionar muchos aspectos de la vida de muchas personas.

Como podemos observar, el concepto de "innovación social" se ha creado a partir de muchas acepciones que el término original ha ido absorbiendo poco a poco a medida que evolucionaba y a medida que los diferentes estudiosos trabajaban sobre él, pasando del ámbito puramente económico, tecnológico y productivo, a un concepto más abstracto que se dirige a las ideas a partir de las cuales asociamos unas características determinadas -y nunca antes observadas- al producto o servicio innovador.

Precisamente este "solucionar" la vida de las personas es lo que le confiere su carácter marcadamente social, y es por eso que la innovación se puede aplicar al desarrollo, porque esto supone que posibilitará los pasos adelante que mejoren la vida individual y comunitaria de las personas que más lo necesitan. Tal y como dicen los autores, la innovación social crea nuevas relaciones, nuevos vínculos, y se puede aplicar a muchísimos aspectos de la vida social: en iniciativas del gobierno, acciones de la sociedad civil, actividades empresariales, cuestiones filantrópicas, etc. Este tipo de innovación inclusiva, será el instrumento capaz de avanzar en la lucha contra la pobreza y las desigualdades proponiendo soluciones duraderas, de amplio alcance, porque tienen como base las ideas que se ponen en marcha a partir del trabajo conjunto de muchas mentes que persiguen ese cambio desde focos de diversa índole (como hemos visto, económico, social, político, cultural...).

Los autores consideran una serie de diferentes tipos de innovaciones, de las cuales lainnovación de base (grassroot innovations) resulta especialmente interesante para alumnos de este máster, porque tiene una base social apoyada en las tradiciones  y los saberes populares, así como en los recursos de cada lugar. En un máster donde el 90% (o más) de los alumnos son extranjeros (la gran mayoría de países no comunitarios, ni siquiera europeos), es positivo tener en cuenta esta diversidad a la hora de formular conceptos como la innovación y, fundamentalmente, a la hora de darle salida a esta innovación de manera práctica. Los antecedentes culturales y personales de las personas que aplicarán sus estrategias de innovación también deberían ser tenidas en cuenta, pues la innovación aparece en unos enfoques creativos e intelectuales que están también muy influenciados por lo aprehendido en el pasado.

Todas estas ideas, sin embargo, caerán en saco roto si no se traducen de manera práctica a las estrategias puestas en marcha por los actores sociales. En este sentido, los autores explican que estas prácticas estarán fuertemente influenciadas por los agentes sociales que estén llevando a cabo las políticas o iniciativas:
  • organismos multilaterales y de cooperación internacional (Cumbre de Innovación Social, ACNUR Innovación, Experiencias de Innovación Social CEPAL...).
  • movimientos sociales y organizaciones comunitarias (Red Honey Bee, RedTISA, CEUTA y CLAES...).
  • universidades y organismos del sistema científico (MIT IDEAS Global Change, DELL Social Innovation Challenge...).
  • gobiernos (ejemplos de Brasil, Argentina, EEUU...).

A partir de los ejemplos citados en el texto, los autores establecen que los agentes sociales más activos a la hora de aplicar estrategias innovadoras son la sociedad civil y lacooperación internacional. El asociacionismo y las alianzas son cuestiones positivas, porque solo aunando esfuerzos, se conseguirá un verdadero avance, ya que lo que no da un agente, lo suple el otro.
La conclusión fundamental a extraer de todas estas cuestiones es, a mi parecer, que si todos estos diversos agentes unieran sus capacidades innovadoras y creativas, sus recursos y sus esfuerzos hacia un mismo objetivo y con un foco común, los pasos hacia delante serían gigantes y los resultados mucho más evidentes. Sin embargo, a menudo los intereses desvían a los agentes sociales de la trayectoria principal y éstos, en ocasiones, no se atreven a arriesgar una apuesta que en el pasado resultaba segura por una idea que es sin duda innovadora pero que presenta, al mismo tiempo, demasiadas incertidumbres.

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