jueves, 24 de abril de 2014

Hablar es "perder el tiempo"

Hablar es perder el tiempo

Entre otras muchas cosas, afirmaba Roberto el día de ayer, sobre la importancia que tiene la palabra escrita y el desperdicio que se genera con todo eso que hablamos. Pues, la palabra -hablada- se la lleva el viento, y difícilmente se suele conservar intacta. De ahí la importancia que tiene trans-cribir las memorias.

Narrar los hechos que acontecen día a día puede ser un ejercicio que genere mucho estrés y angustia, sobre todo si no tenemos una buena memoria. Si no prestamos atención a lo que está pasando a nuestro alrededor. Si sólo miramos, pero no observamos, es difícil que logremos captar la esencia y el todo.

-2-

Me sorprende la enorme capacidad que tienen algunas personas para aprehenderse fácilmente de los sucesos que hay en su día a día. Me resulta inquietante darme cuenta como muchos otros han desconectado de su día a día.

Por las calles de mi barrio, en el metro o en las aulas de la universidad, la gente se apodera de un entorno no físico. Se compenetra en relaciones que dicen ser cercanas, pero poco sobrias. Confieso que a menudo hago lo mismo. Y por eso me pregunto, ¿a caso no esperamos ya nada de nuestro alrededor? ¿Se ha hecho de la realidad un mundo hostil y duro para dejarlo? Parece que no podemos confiar y mucho menos prestar nuestra palabra y pensamiento a los demás.

"Hablar es perder el tiempo", decía Roberto ayer en clase. Y se refería a la importancia que tiene escribir, de transcribir las memorias.
Decía que "nuestra cabeza es un caos, y que sólo escribir nos permite desarrollar el pensamiento responsable". Es un ejercicio, un ejercicio que nos pone siempre en camino hacia una verdad. Que nos conduce al encuentro, principalmente con nosotros mismos.

Curiosamente, en la vida social cada vez se habla menos. Se escribe mucho, pero se transcribe poco. Las memorias se vuelven los historiales de chat, los muros del Facebook, montones de correos electrónicos. Pero, ¿está todo eso hecho para compartir con los demás?

Sé que Roberto no se refería exactamente a esto con su reflexión. Sin embargo, en su intento por inquietar el pensamiento, me puso a pensar en este fenómeno cada vez más común.

-3-

Definitivamente está forma de escritura (la de mensajería electrónica) ha sustituido parcialmente (aunque no remplazado) a la palabra hablada. Esto ha limitado, en parte, la posibilidad de las relaciones interpersonales.
En las aulas, comedores o bares la gente se ausenta del entorno para conectar con el espacio no físico. Del mismo modo, esto ha incidido en las posibilidades del encuentro personal.

La vida privada, llena de vivencias y aventuras, ya no se cuenta cara a cara en el café, los parques o al teléfono, en un tiempo y espacio dedicado a narrar las cosas de la vida. Se trascribe o muestra en tiempo real, y esa es la verdadera maravilla. Informar la vida se convertido en un fenómeno que al mismo tiempo se convierte en un espectáculo y fascinación para quien le interesa. La vida privada ya no se conserva en una prosa. Se sintetiza en frases sosas, banales y ridículas, con faltas de ortografía que producen todo tipo de reacción, además de las clásicas fotos cliché.

Me alegra mucho saber que algunas otras todavía la reserven en cuadernos de papel y conserven sus memorias en sitios no públicos. Aunque hay diarios que siempre resulta interesante compartirlos. Siempre me resulta interesante leer las aventuras de colegas o extraños que hacen viajes extraordinarios por el mundo.

Publicado por Roberto Sánchez

1 comentario:

  1. Gracias Roberto por tu reflexión, aunque supongo que te habrá liberado de muchas contradicciones internas .... y espero que te haya sido útil.

    ResponderEliminar